Sexta derrota de la temporada para los ribereños. Desaparecidos en la parcela ofensiva, los amarillos fueron testigos de la victoria de un Cisne que simplemente tuvo que aprovechar los errores de su rival
El partido comenzaba con poca presencia en el marcador. Apenas tres goles en los primeros siete minutos (2-3) Mandaba la pizarra.
La igualdad y las defensas imponían su orden con visos de un partido de máxima exigencia.
En esa tesitura, Cisne abrió la máxima diferencia del partido (7-9) provocando el primer tiempo muerto de los ribereños.
Y más allá de poder resolver la situación la diferencia aumentó con el 8-11 a falta de dos minutos para llegar al descanso. Una distancia que más allá de alguna polémica decisión arbitral se mantendría con el 9-12 al que se llegó al final de los primeros 30 minutos en el 40×20 ribereño. Tocaba reaccionar en la reanudación
No mejoraba la situación en el arranque de la segunda parte ya que más allá de recortar las diferencias, la falta de acierto en ataque lastró a un Tubos Aranda con muchos problemas (11-15)
Y no desminuiría la renta gallega que se fue a los seis goles (11-17) Y aunque quiso reaccionar la escuadra de Márquez con el 12-17 la diferencia entre los dos equipos ya estaba sentenciada.
Al partido solo le faltaba por conocer el resultado final a falta de diez minutos para el final con 13-20. Al final la desventaja se amplió hasta los ocho goles para cerrar el duelo con 17-25 en el marcador.
Sexta derrota de la temporada que deja en una situación delicada a un Tubos Aranda que, a pesar de todo, no se mete en puestos de descenso.