La escuadra arandina se cita en la gran final luego de eliminar al anfitrión Viveros Herol Nava (32-34)
El Tubos Aranda se jugará mañana el trofeo de campeón de la Copa Castilla y León. Los ribereños disputarán la gran final tras vencer en un partido frenético a Viveros Herol Nava (32-34). Una gran primera parte, unida a un buen rendimiento en la parcela defensiva, encaminaron un choque se equilibró ligeramente en la segunda mitad con la pegada de los de Senovilla. Las porterías de ambos equipos brillaron en los momentos oportunos para evitar que el marcador no alcanzase números acordes al ritmo de juego.
Inició fulgurante el Tubos Aranda, que supo tener la templanza para no perder la cabeza del partido a partir del segundo tercio de la primera mitad. Aunque los locales abrieron el marcador y lograron remontar en dos ocasiones, los de Javi Márquez regalaron una clase magistral defensiva para anular la espectacular actuación de Luis de Vega en la portería rival. Rendimiento magistral que pudo haber rozado la matrícula de honor de no haber desperdiciado hasta dos porterías vacías, cuyos lanzamientos se fueron por encima del larguero.
Y es que la presencia de Dalmau Huix fue una de las grandes protagonistas de los primeros compases. Su aportación ofensiva no sólo subió dos veces consecutivas el luminoso, sino que rompió el partido para que Álvaro Senovilla solicitase el tiempo muerto a los 11 minutos. Era tal la superioridad arandina, que ni las exclusiones de jugadores clave en defensa como Santi Mosquera frenaban el ritmo de crucero impuesto. La tripleta entre el colombiano, Fischer y Dalmau desesperaban los esquemas de Senovilla, que además tuvo que encontrarse con el látigo de un Samu Saiz fundamental para que se alcanzara la ventaja más alta de todo el partido (9-13).
Ya en los últimos diez minutos se equilibraron más las fuerzas. Aunque los blanquirrojos no conseguían igualar el marcador, las sensaciones y la renta fue tomando un aroma más positivo. Hasta tal punto, de que una cuestión de milésimas dejaron la diferencia en tres dianas en el bocinazo intermedio. 30 minutos cargados de intensidad y en los que el luminoso respaldaba al equipo dominante en ese periodo (13-16).
La vuelta de vestuarios trajo consigo el caos más absoluto en lo que a dinámicas se refiere. Nava salió ligeramente beneficiado, pero ninguno de los dos equipos consiguió mantener su superioridad más allá de cinco minutos concretos. Tanto Pau Guitart como Luis de Vega dieron rienda suelta a sus atributos como porteros, y el más preciso del compás era el que lograba llevar la batuta. En este caso, el beneficiado moral fue el anfitrión. Aunque no con la suficiente contundencia.
A pesar del tiempo muerto solicitado por Javi Márquez y el empeño en ataque de jugadores como David López, Nava recortó hasta la diferencia mínima aprovechando sus múltiples superioridades numéricas. Y paradójicamente, una pausa originada por Álvaro Senovilla sería lo que terminaría decidiendo el partido. El técnico blanquirrojo buscó una defensa mucho más agresiva como ingrediente secreto cuando el luminoso marcaba 24-26, y no terminó saliendo bien.
El Tubos Aranda se hizo poderosísimo al contragolpe y castigó cada imprecisión local con dureza. David López y Arthur Pereira aprovecharon los espacios para romper la red de Luis de Vega, y a falta de escasos dos minutos el partido ya tenía dueño. 32-34 y muchas conclusiones con un denominador común: el Tubos Aranda será equipo de la gran final tras volver a doblegar a Viveros Herol Nava.
En apenas una hora conoceremos a nuestro próximo rival para la gran final, que se decidirá entre UBU San Pablo y Atlético Valladolid. La pugna por el campeón se celebrará a las 12 horas en el Pabellón Guerrer@s Naver@s y se podrá seguir también por La 7 CyL.