La leyenda amarilla, quien además vistió ambas camisetas durante un gran número de temporadas, será el encargado de ejercer las funciones del Padrino ASOBAL designado por el propio Villa de Aranda
La figura del Padrino ASOBAL no podía tener otro nombre propio si se habla del Club Balonmano Villa de Aranda. Un portal, una plaza de garaje o una simple matrícula en Aranda, siempre tienen cara y ojos cuando aparece el número 8. El de la camiseta de Diego Camino. El de la magia, el del liderazgo, el de la lealtad, el de la profesionalidad, el del puño capaz de levantar un pabellón entero… Características propias de una leyenda que marcó una época durante su estancia, y que regaló un capítulo que recordar tras su salida. Y no esta conmemoración podía ser en otro escenario si no era acompañado también por otro de los clubes que le marcó: el Recoletas Atlético Valladolid. Su hogar durante las últimas siete temporadas como profesional. Su punto de partida en su andadura en los banquillos.
Doce meses tiene el año… Como doce fueron las temporadas que Diego Camino se enfundó la elástica del Villa de Aranda. La sala de maquinas ribereña gozó del mejor ingeniero posible y fe de ello se reflejó en su impacto dentro de la institución. Además de ser el eje sobre el que cada proyecto cimentó sus pilares, su importancia trascendió incluso fuera de la pista. Su relación con Aranda traspasó lo profesional y lo convirtió en un arandino más. O tal vez no. Diego fue único.
En cuanto a lo profesional, aquel joven del Colegio La Enseñanza fue un soldado de los que a uno siempre le gusta tener en su escuadrón. Noble, leal, trabajador… Y diferente. Diego Camino siempre se caracterizó por ser un jugador diferente. Diferente por su juego, diferente por su manera de racionalizar cada situación, diferente por su elegancia dentro y fuera de la pista. Con Diego crecieron multitud de generaciones, muchas de ellas vivieron como espectadores hazañas como ascensos o momentos institucionales críticos. Sin embargo, nunca faltó una gota de sudor del central, quien además compartió buena parte de su aventura junto a otras grandes leyendas del club como Ibeas, Miranda o su propio hermano Alberto.
671 partidos en ASOBAL y otros tantos en División de Honor Plata tendrán su reconocimiento este mismo domingo en la antesala al partido entre Tubos Aranda Villa de Aranda y Recoletas Atlético Valladolid. Bajo la atenta mirada de su otro hermano y actual jugador azulón Miguel, se le entregará el protocolario recuerdo proporcionado por la organización de la Liga Plenitude. Aunque tal vez, la historia de Diego nunca fue sobre llenarse las manos de trofeos. Es bien sabido que un corazón amarillo siempre se se queda con ese aplauso pasional que una vez más, el Santiago Manguán le brindará.