Arandinos y vascos sellan las tablas en un duelo en el que un penalti sobre la bocina en favor de Bidasoa terminó provocando el reparto de puntos (26-26)
Cuestión de segundos separó al Tubos Aranda de hacer una de las hazañas de la jornada. Los pupilos de Javi Márquez sellaron un empate (26-26) frente a Bidasoa Irún, que bien pudo ser un triunfo. Una pena máxima con el marcador ya en el minuto 60 permitió a los vascos equilibrar la balanza sin opción de reacción, y provocó el reparto de puntos de un partido en el que el gran protagonista estuvo fuera del 40×20. El Santiago Manguán colgó el cartel de ‘no hay entradas’ y rugió con una fuerza desmedida y fue el gran culpable del buen hacer de los suyos.
Empezó mejor Bidasoa en los primeros compases. Cavero y Nieto estuvieron ágiles para llevar la batuta del arsenal azulón, algo que les permitió no ir por detrás en el luminoso hasta el minuto 24. La velocidad y el contragolpe se vieron empañadas en algunas ocasiones por las porterías, que respondieron a las expectativas. Entre medias, los visitantes llegaron a alcanzar una ventaja que llegó hasta las tres dianas en el minuto 11 (3-6).
No obstante, con el público volcado con la causa y la clase magistral de Arthur Pereira, el Tubos Aranda fue poco a poco asomando la cabeza hasta conseguir tomar la delantera a falta de poco más de cinco minutos (10-9). La exclusión de Jevtic no sentó bien a un conjunto vasco que trató de cortar de raíz mediante un tiempo muerto que no hizo más que agrandar la herida en su contra. Pol Roy, Juan Tamayo y el propio Pereira aprovecharon el momento de debilidad y derribaron el muro para dejar el partido en 14-12 en el tiempo intermedio.
Y no cambió el escenario tras la vuelta de vestuarios. El Tubos Aranda necesitó menos de cuatro minutos para alcanzar la renta de los tres goles (17-14), y poco a poco fue demostrando que el partido no sería tan desigualado como se presentaba bajo el papel. Pese a ello, el parcial de 0-3 inmediato a ese momento tiró por la borda el buen arranque, y se hizo todavía más valioso teniendo en cuenta que el marcador no se movería de la paridad hasta el último suspiro. Dos penas máximas erradas por los ribereños pudieron cambiar una hoja de rumbo que aún así los llevó hasta el minuto 27 con un 26-23 favorable.
A partir de ahí, tres minutos para la locura. Bidasoa, que había perdido a Matheus tras ver la roja, tiró de orgullo y fortuna para provocar que a falta de un minuto, pudieran contar con posibilidades claras de igualar el luminoso. Tres minutos en los que el Tubos Aranda no fue capaz de ver portería, y en los que los vascos demostraron su experiencia en este tipo de situaciones. Cavero como gran protagonista, hizo las veces de juez para que el partido no tuviera ganador. Luego de un error en ataque de los burgaleses a falta de más de diez segundos, el contragolpe azulón se saldó con un penalti prácticamente sobre la bocina. Pau Guitart se midió a Cavero desde los siete metros, pero la lotería de los penaltis quiso que hoy Tubos Aranda y Bidasoa Irún se repartieran los puntos (26-26).
Unidad sumada con sabor a gloria para un Tubos Aranda que ya ha dejado su sello en la Liga Plenitude. Con un equipo y afición armonizados de la mano, estuvo a punto de vencer a la medalla de plata de la temporada pasada y dejó unas sensaciones inmejorables de cara al futuro inmediato. Ahora, el equipo gozará de descanso antes de arrancar la preparación del próximo partido de liga frente a Ademar de León.